Gustavo Barbaran: “Pretender que Afganistán se reacomode en la democracia de Occidente es un desatino”

Internacionales

La rapidez con la que los talibanes están tomando ahora las mismas ciudades que abandonaron tras la intervención internacional posterior a los atentados del 11 de septiembre de 2001 resulta sorprendente. Mientras EE.UU. se prepara para completar la retirada de sus tropas antes del 11 de septiembre, tras dos décadas de guerra, los talibanes invaden puestos militares afganos, pueblos y aldeas, y ciudades clave, incluida Kabul, la capital.

El grupo Talibán, que significa “estudiantes del islam”, es un grupo islámico extremadamente radicalizado. “La aplicación de la ley islámica contenida en el Corán va más allá del islam. Son reglas tribales que muchos, dentro del islam, consideran que son usos y costumbres muy radicalizados que se expresan en la baja consideración que se tiene respecto de las mujeres”, explicó en Radio Pacífico Gustavo Barbaran, director del Instituto de Derecho Internacional de la Universidad Católica de Salta.

El 40% de los habitantes de Afganistán pertenecen a la etnia pastún, que es de donde viene el significado de Talibán. El 60% restante son tribus. “Es un país sumamente singular que han estado en la disputa por el poder político. Pretender que Afganistán se reacomode con las reglas de la democracia tal como la conocemos en Occidente es un desatino. El punto central es cómo hacen para unificar el país”, sostuvo Gustavo.

Antes de los atentados del 11 de septiembre del 2001 el gobierno estadounidense tenía como uno de sus socios a Osama Bin Laden (líder de Al Qaeda), quien estaba instalado en Afganistán, cuando ocurren los ataques, Estados Unidos dispara contra Afganistán porque sabían que era el lugar donde se refugiaba Bin Laden.

Por otro lado, la posición geográfica de Afganistán revela el interés geopolítico del país. Desde la época del Imperio Ruso que es una pieza del tablero geopolítico que Rusia siempre apeteció porque es la forma que tenía de salir al Golfo Pérsico.

Después de 20 años de guerra, Estados Unidos se dio cuenta de la cantidad de vidas y dinero que le costaba mantener sus tropas allá. “Biden ahora se resguarda diciendo que no fueron a imponer una democracia, que se las arreglen ellos. El problema es que el gobierno de Afganistán que huyó era muy precario, no están en condiciones de arreglárselas ellos con la mentalidad que tienen”, manifestó Barbaran.

“Afganistán no es un país que pueda tener un gobierno muy centralista. No sé si a los afganos les interesa la cultura occidental. La acumulación de errores por parte del Occidente también está atrás de esto y no debemos dejarlo pasar”, expresó el docente.

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