Murió un quinto niño con cuadro de desnutrición

Salud

Se trata de un bebé de 8 meses de edad que llegó en grave estado al hospital Juan Domingo Perón de Tartagal procedente de la comunidad wichi de Las Vertientes, municipio de Santa Victoria Este.

Un niño murió por shock séptico en Tartagal, de acuerdo al certificado de defunción. Se trata de un bebé de 8 meses de edad que llegó en grave estado al hospital Juan Domingo Perón de Tartagal procedente de la comunidad wichi de Las Vertientes, municipio de Santa Victoria Este.

Se suma así otra muerte a la lista de niños del Chaco salteño que perdieron la vida en lo que va del año con severos problemas de desnutrición como cuadro previo al deceso. En el caso de este niño el certificado de defunción menciona como desencadenante de la muerte un cuadro séptico y la carencia de un sistema inmunológico activo.

A fin de corroborar la información ante el mutismo de los hospitales de Santa Victoria Este y de Tartagal, se consultó al intendente Rogelio Nerón sobre este caso, y él mismo lo confirmó y aportó los primeros datos que se conocieron ayer por la tarde.

El jefe comunal manifestó en diálogo con El Tribuno que el chiquito falleció como consecuencia «de desnutrición y deshidratación».

Explicó: «Yo me encuentro en Buenos Aires esperando ser antendido por el ministro de Desarrollo Social de la Nación, Daniel Arroyo, le voy a plantear que no puede ser que los chiquitos se sigan muriendo. Ya pasaron varios días de la visita de todos los funcionarios al Chaco salteño pero hasta el momento, salvo el tema del agua, no hemos tenido ninguna otra respuesta y no podemos seguir esperando».

La muerte del bebé wichi se produjo, según explicó el intendente Nerón, el miércoles 22, un día después de que asumiera la gerencia general de hospital Juan Domingo Perón el anestesista salteño Juan López, en reemplazo del médico José Fernández.

«Los esconden en el monte»

El secretario de Salud de la Provincia, Antonio de los Ríos, dijo que «las comunidades wichis, que son muy cerradas, deben adquirir nuevos hábitos de higiene. Tenemos muchos problemas con ellos por falta de entendimiento cultural, por ejemplo esconden a los enfermos en el monte, hay que ir a denunciarlos a la policía para poder asistirlos y si el agente sanitario los denuncia no puede entrar más a la comunidad. Es muy difícil pero estamos haciendo grandes esfuerzos para abarcar esta problemática que es histórica en el norte y poder lograr algún cambio sanitario positivo. Yo mismo fui a recuperar a tres niños wichis que las familias tenían escondidos en el monte y que estaban en riesgo de vida. Lo logramos con la intervención de los facilitadores interculturales, que resultan fundamentales porque a mí me ven como un enemigo y no como alguien que los quiere ayudar. Ahora están recibiendo asistencia en el hospital Perón de Tartagal».

Fuente: El Tribuno

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