Hoy se realizó una inspección ocular por el pedido de amparo de los vecinos que viven en las cercanías del río. Fuertes reclamos hacia el gobierno provincial y municipal, Aguas del Norte y Nestor A. Marozzi.
En comunicación directa con Héctor Alí de FM Pacifico, el abogado Pedro Arancibia explicó los procedimientos que se están llevando a cabo por el amparo que los vecinos afectados por las inundaciones del 31 de enero de 2011, presentaron a la Corte de Justicia de Salta.
Al respecto, Arancibia explicó que la inspección ocular, producto del reclamo de los habitantes que viven en las cercanías del río Arenales «es una medida que venían solicitando en reiteradas oportunidades, que ya evidenciaban un estado de total dejadez por parte de los que están obligados por sentencia de la Corte de Justicia de Salta, a que realicen obras de reencauzamiento determinación de las líneas de rivera, desmalezamiento, movimiento de tierra por parte de Nestor A. Marozzi S.A., prevención para que ya no se instale gente cerca del río».
Lo cierto es que la situación de contaminación que lleva el río, viene empeorando y con alarmantes índices de contaminación ambiental. Sobre esto, el abogado que está encarando la inspección ocular, comento que en esta intervención de la Justicia, estarán presentes todas las partes intervinientes en el amparo: «los vecinos, la provincia de Salta, la municipalidad, Aguas del Norte y Nestor A Marozzi, a quien se lo considera responsable por la inundación del 2011»
La cuenca del río Arenales presenta «una dejadez total» así lo afirmó Arancibia, quien remarcó que no existe ningún tratamiento por parte de Aguas del Norte, y la contaminación se acrecienta puesto que los desechos de «PYMES, estaciones de servicio, casas particulares y redes cloacales de toda la ciudad van a parar al río» , «eso hace que el el río está contaminado en el agua y en el lecho, con la presencia de metales pesados totalmente nocivos para la presencia humana».
Estos datos, arrojó el abogado, son los que hay que tener en cuenta, ya que si no se interviene en la cuenca se corre el riesgo de «una nueva inundación como la que ocurrió en 2011».
