Darío Esteban Monges, el comerciante de 40 años que el 3 de septiembre fue hallado dentro de su camioneta, estacionada en una calle del barrio El Círculo, con cinco tiros en la cabeza, perfiles de un asesor político, empresario exportador e importador, agente de seguridad y espía se mezclaron con vínculos con una banda de narcotráfico, contrabando, lavado de dinero, trata y sicarios de Orán.
El fiscal penal Rodrigo González Miralpeix dispuso una estricta reserva de actuaciones, y la Unidad de Graves Atentados contra las Personas sigue manteniendo bajo llaves la investigación a la que, según se anunció días atrás, se sumará la Unidad Federal que encabeza en Salta el fiscal general Eduardo Villalba.
“Al día de hoy no se sabe nada y eso es lo más grave de todo. Es un tema muy particular donde todo indica que se trata de una organización criminal narcotraficante y donde está involucrada la política y la justicia salteña. Por eso, es tal vez, malévolamente natural el hecho de que no exista nada”, dijo en FM Pacífico el periodista policial Darío Illanes.
Una de las cosas que más oscurece el caso y que se está tratando de descifrar es el papel de algunos funcionarios como Ángel Sarmiento, director de Políticas Penales el Ministerio de Seguridad y de Benjamín Cruz, quien en ese momento era Secretario de Seguridad de la provincia y hoy es secretario de Gobierno de la Municipalidad de Salta.
“Ángel Sarmiento fue quien dijo que Cruz autorizó la entrada al penal de Orán de Monges para visitar al sicario Díaz y fue Monges quien se presentó ante las autoridades del penal como abogado y asesor funcionario del gobierno de Salta en el Ministerio de Seguridad, Eso de por sí es gravísimo. Pero no era la primera vez que hacía esto, ya se tiene registros de que usaba credenciales apócrifas y era un gran simulador”, contó Illanes.
Además, el periodista aseguró que hay fuentes que indican que Monges andaba constantemente armado y que también para poder visitar un preso no es sencillo, sino que se necesita la autorización del juez de la causa.
“Hasta ahora, a nivel de identidad, no hay ninguna pista de quién puede haber cometido el asesinato. Lo único que se tiene son las huellas y los mensajes que se dejan en la escena del crimen. Acá podemos asegurar que se trata de una organización criminal, tenía la cara y la cabeza destrozada, la ropa desgarrada, cortes de cuchillos en el cuerpo, o sea lo hicieron sufrir y no le robaron nada. Acá se quiso mostrar claramente cuál era el mensaje”, sostuvo el periodista.
La camioneta en la que apareció Darío Monges fue abandonada en el Barrio El Círculo el viernes 2 de septiembre en una calle de tierra donde unos vecinos la vieron, se acercaron y al ver el cuerpo de Monges llamaron a la policía.
“En definitiva Monges era un informante, tenía información para la justicia, para la policía, pero también era informante para los narcos. Acá lo que hubo fue tráfico de información. El Cabezón Díaz le reclamaba que por culpa suya él había caído preso, y eso significaba que lo había vendido por 10 palos verdes. La cuestión clave acá es el silencio porque hay mucha gente involucrada y preocupada con esto”, sostuvo Darío.
